Ojos Negros, piel canela

Ojos Negros, piel canela
Sólo las máximas breves son capaces de hacerte despertar y ver las cosas desde otra perspectiva, sólo los pequeños tesoros nos conmueven, sólo necesito esa noche aquel: “Sé feliz”más sincero que había escuchado, para entender que era lo único que merecía la pena ser en esta vida.

martes, 18 de mayo de 2010

...Sorpréndeme

Relativamente hay cosas que debes hacer y probar antes de morirte, o al menos eso te dicen siempre que advierten sobre la rapidez con la que vuela el tiempo.
Cásate en las Vegas a lo Marilyn, haz Puenting, visita Japón, encuentra a tu media naranga y exprímela día a día, cómete el mundo y disfruta al hacerlo, pero, entre medias, procura encontrar la forma de saborear cada uno de los pequeños detalles, como si los granitos de arena, al fin y al cabo fuesen incluso más valiosos que las montañas.
Mi padre siempre me dice que la felicidad es la antesala de la felicidad, y yo perpleja durante varios minutos, comprendo que uno no es feliz cuando alcanza la meta, o al menos no lo saboreamos el suficiente tiempo como para serlo, sino que buscamos otra donde subir más lejos, y se pasa una vida tras otra así encontrando nuevas cimas a donde escalar para cumplir el gran objetivo impuesto de la felicidad. Y nos ovidamos con cierta frecuencia del vértigo que supone mirar hacia abajo y ayudar al resto a subir, nos olvidamos de que comodidad no es sinónimo de felicidad, ni parecido, y nos olvidamos, por supuesto, he aquí el "quid" de la cuestión, de que uno no es más feliz cuanto más tiene sino cuando menos necesita.
La felicidad es de aquellos que la piden a gritos, y valga el tópico, de los que luchan por ella sin rendirse a la primera caida, por que si el camino es largo, nos caeremos y nos levantaremos millones de veces, miraremos hacia abajo y sentiremos miedo, sentiremos como la soledad nos roza los talones, la clave está en levantar la mirada, mirar la vida de frente, y lucir sonrisa brillante, puede que así se espanten por fin los fantasmas.
Los pequeños detalles, los grandes tesoros, van a guiarte durante ese camino, y cuidado con subestimarlos, suelen ganarles al mundo de las grandes metas, son esos que durante un instante efímero te dibujan esa sonrisa de tonto que se te suele poner al recordar aquella caña que valía por mil en esas noches de verano, al darte cuenta de que todavía recuerdas lo que llevaba puesto el día que le conociste, o simplemente mientras escuchas anonadado como alguien se acordó de firmarte en la clase que decidiste obviar.
Es por eso por lo que valorarlos es sólo cuestión de corazón, puedes pasar toda una vida escalando para llegar a una meta y sentirte orgulloso de creer que eres feliz por fin, o disfrutar del camino mientras escalas al fin del universo, creer que vas a morir de risa en un momento, o del agradecimiento por un abrazo, o básicamente que te vas a morir del amor por un detalle, creer al fin y al cabo, que una de esas miradas en las que, seguro estas pensando, podría valer más que mil de estas palabras.

4 comentarios:

  1. Muy bueno Susana, ese pensamiento ha nadado por mi mente en más de una ocasión. Tan solo permíteme corregirte con mis conocimientos humanísticos de latín y griego: no es "kit de la cuestión" sino "quid" jeje, pero es casi homófono. Un beso Madero!

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  2. la naval incondicional18 mayo, 2010 23:33

    ... una vez más me dejas sin palabras!
    Gracias susi!

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  3. Ay maderito que me encanta y me encantas! lo bien que escribes tu y yo es que leo lo mío y me siento retrasada! Mucho ánimo y a promocionarlo,

    Cris =)

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  4. Muchísimas gracias por vuestros comentariosss me hacen mucha ilusión asi que animaros a criticar y poner lo que más os gusta los que pensais:)))))
    Ostos y Criss yo si que soy fan de todo lo que escribis!!

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