Ojos Negros, piel canela

Ojos Negros, piel canela
Sólo las máximas breves son capaces de hacerte despertar y ver las cosas desde otra perspectiva, sólo los pequeños tesoros nos conmueven, sólo necesito esa noche aquel: “Sé feliz”más sincero que había escuchado, para entender que era lo único que merecía la pena ser en esta vida.

lunes, 12 de agosto de 2013

Sonríe.

"Cuando sepas de mi tu disimula, no les cuentes que me conociste, no creas por un segundo que fui real, creé y hazlo por mi, que tu recuerdo mio es mucho más de lo que yo nunca seré.
No les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos, créeme, sigue haciéndolo por mi, fue sólo un sueño.
Pensarán que exageras, que nada ni nadie pudo ser tan verdad y tan cierto. Te tomarán por loco, te empujarán a seguir y todo seguirá igual, es la forma que tiene la sociedad de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mi tu calla y sonríe, recuérdame así, sonriendo, tal y como yo te enseñe aquellos días.
Ya verás, poco a poco irán naufragando restos de mi historia, llegará el día incluso, en el que ya ni te acuerdes de mi nombre, que más da, existí y eso es lo importante.
Qué sabrán ellos de tu alegría y de la mia. Qué sabrán si llegamos o no a tutear a la felicidad.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mi, nadie puede ni debe hazme caso. 
Quiero pensar que sentirás al menos un pinchazo, una vaga emoción, un que hubiera pasado si,  pero sobretodo sentirás que algo continuo creciendo entre nosotros incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos,  a separar caminos. Un algo tan pequeño como el espacio que un si le acaba cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Que nadie más sea capaz de ver más allá de tu sonrisa. Házte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note, que ninguna lágrima luche por subrayar esos ojos tuyos.
Eso sí, cuando sepas de mi, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o años incluso años abrazándose a cualquier excusa para volver a revivir. 
Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacían gracia a ti y a mi, aquellos que no tienen definición ni límite.
Préstales algo, aunque sólo sea tu atención. 
Por que si algún día sabes de mi significará que fracasamos: 
Fracasé yo que por mucho que lo intente no me pude ir tan lejos como quería
Fracasare tú, que tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde algún día fuiste feliz. Si, feliz.
Fracasamos ambos, tu mundo y el mio seguirán a buen seguro, con pronóstico estable dentro de la gravedad. 
Nada de esto debería perturbar tu existencia, no merece la pena. 
Piensa por mi, que tu yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y se tuvo hasta el final. 
A partir de ahora tranquilo, estaré bien. Me conformo con no saber de ti, al menos hasta que el destino decida, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y entornar tus labios.
Por eso cuando sepas de mi, disimula, no seas tonto.
Haz ver que me olvidas. 
Y me acabarás olvidando creéme.

martes, 19 de febrero de 2013

Mirando al cielo.

Allí él mirándola fijamente. Volvía a llorar con una mezcla familiar de emoción contenida y tristeza amarga, volvía a llorar y todo se acababa poco a poco. Alli él, buscando respuestas.
Recuerdo que me conmovió tanto que no le pude mirar a los ojos, recuerdo que se me resbalaron sin querer un par de lagrimas.
A quinientos mil años luz de aquellos recuerdos imborrables veo todavía en sueños, la sombra del fantasma en aquellas paredes desgastadas, la luz de sus grandes ojos azules, y sus sonrisas cálidas, embaucadoras quizás, persiguiéndome a cada paso, a cada segundo, y hay noches, en las que todavía no puedo huir.
Uno nunca sabe que el mejor día de su vida va a ser el mejor,y por mucho que repase en su cabeza, milimétricamente, como podría haberlo disfrutado más, nunca hay vuelta atrás. Es una crueldad que el destino les reserva a aquellos que andan siempre espereando algo mejor, fue una crueldad absoluta sin duda para mi.
A cada instante allí pasaba una vida, todo cambiaba, todo volvía a su sitio, maldito ritmo vertiginoso que no te dejaba pensar, sólo vivir, sólo soñar, arrastrado por una fuerza mucho más mágica que real que te descubría a ti mismo al borde del abismo, al límite de tus posibilidades. Tú y tus fuerzas, tú desnudo, expuesto, juzgado, tú volviendo a ser quién solías ser, ni más ni menos, tú tan tú.
No había días, sólo momentos.
La lógica en los actos y el corazón ardiendo.
Poder describir aquello sería sólo un burdo intento de robar un trozo de magia al encanto que habita en sus paredes, poderlo describir, sin duda, me haría rebanar una pequeña pieza del recuerdo global que guardo, que si bien ahora ya es más ideal que real, me gusta tal y como está, tan lleno de felicidad, cariño y energía, tan leno de ellos.
Si pudiésemos entenderlo, dejaría de ser especial.
No tiene ningún secreto saber que aquel castillo me devolvió mucho más de lo que le ofrecí, que aquel verano, aquellas personas, me trajeron de vuelta muchos más sentimientos de los que podría imaginar, me revolvieron tanto, me encontraron tanto, que todavía hoy en día me descubro pensándolos, echándolo de menos.
¿Te acuerdas cuando nos mirábamos y creíamos que todo era posible? El futuro brotaba en las pupilas del otro, tan ávidas de superación, de crear lo imposible...tan decididos a parar el tiempo en cualquier instante.
Muy pocas corazas resisten el golpe de un abrazo en condiciones, eso parecían querer decirme, tan increibles, tan diferentes que sólo un lugar así podría acogerlos y comprenderlos tan bien. No pertenecían a aquel lugar, eran su esencia, su magia, su espiritu.
El mundo desmoronándose y tu y yo allí, hablando del frío. El mundo, más lejano que nunca.
Allí ella mirando al cielo, creyéndose, por una vez, que aquello sería para siempre.