Una vez enumeradas cuidadosamente las razones por las que escribes lo haces sin más por inercia, por puro placer a la verborrea, por sincero amor a las letras y todo su mundo.
No puedo explicar como brotan las palabras de tu puño y letra cuando coges un boli, no puedo explicar como imaginas vidas paralelas que se entrelazan entre líneas, pero sin duda aquel que entiende que un libro es una vida a parte que merece la pena compartir sabrá entender de lo que hablo.
En la soledad de un flexo centelleante que imprime cierto romanticisimo al ambiente me acompaño, con la única amistad de un boli y un papel a mi lado, y vuelvo una vez más como todos los días al país en que mis recuerdos, mis deseos y secretos toman vida, en que la realidad se diluye y deja paso a la imaginación, ese país que me ha visto crecer entre ilusiones y que no necesita nada más que le dedique unos segundos para poder hacerse cada vez más grande cada vez más fuerte.
Será por eso por lo que empiezo escribir aquí por dejar un trocito de mi corazón y una ínfima huella de mi mundo por alguna parte, no prometo nada, que cada día es un mundo y las millones de cosas sobre las que se me ocurre escribir merecen cabida en estas páginas, sólo pretendo con él descubrir que hay vida más allá de las letras y de la realidad y que todo se construye a partir de un sueño, el mio, el de escribir.
Sin más dilaciones, se despide por ahora una servidora que son muchos los quehaceres cotidianos que hoy me ocupan y me impiden poder abrir un poco más la baraja de historias con las que pretendo hacer disfrutar a mis lectores.
Un saludo, Sara Musodena
miércoles, 21 de abril de 2010
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Si es que no se puede escribir mejor que tu! Me encanta!! Seguiré de cerca el blog!
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