Ojos Negros, piel canela

Ojos Negros, piel canela
Sólo las máximas breves son capaces de hacerte despertar y ver las cosas desde otra perspectiva, sólo los pequeños tesoros nos conmueven, sólo necesito esa noche aquel: “Sé feliz”más sincero que había escuchado, para entender que era lo único que merecía la pena ser en esta vida.

viernes, 23 de abril de 2010

Un amor de tantos....

Sería casi un pecado capital empezar a hablar de algo y que ese algo no fuese el amor de tu vida.
Madrid lo es el mio, y eso que soy su inmigrante, mitad sangre madrileña mitad conquense, note un flechazo en el mismo momento en que pise sus calles tan llenas de vida, en el mismo momento en que sentí su belleza su cultura y sus posibilidades como parte de las mias.
Fabricar recuerdos por sus calles es sólo parte del trato que firmas al llegar, la propina la constituye el hecho de que siempre te acabas enamorando de sus rinconcitos y sus misterios, de la magía que desprende el hecho de que nunca llegarás a conocerlo tanto como te gustaría.
Porque Madrid es así, sin más o con mucho más, no entiende de fronteras o colores, pero sin embargo le guarda un rincón en su corazón a sus tradiciones más castizas. Madrid mi Madrid, fue el que me acogio con los brazos abiertos, el que me abrió los ojos a un nuevo horizonte, porque mi Madrid es ya parte de mi vida, porque a mi Madrid le sobra el encanto y le faltan las ganas de cambiar, porque las huellas que dejamos por él son sólo sombras de unos caminates sin rumbo, son sólo ratos pasajeros que invertimos por sus calles, calles que serán destino eternamente de almas sin consuelo, de la agotadora vida nómada que le ofrecen sus ajetreados habitantes, de la vitalidad que le confieren sus atardeceres entre claxones y prisas.
Un segundo eterno y Madrid vuelve a ser mi Madrid, ese que guarda mis mejores recuerdos, ese que tiñe de gris perla el horizonte de mis mejores secretos.
Hasta otra señores, su siempre servidora Sara Musodena.

1 comentario: