Ojos Negros, piel canela

Ojos Negros, piel canela
Sólo las máximas breves son capaces de hacerte despertar y ver las cosas desde otra perspectiva, sólo los pequeños tesoros nos conmueven, sólo necesito esa noche aquel: “Sé feliz”más sincero que había escuchado, para entender que era lo único que merecía la pena ser en esta vida.

martes, 19 de febrero de 2013

Mirando al cielo.

Allí él mirándola fijamente. Volvía a llorar con una mezcla familiar de emoción contenida y tristeza amarga, volvía a llorar y todo se acababa poco a poco. Alli él, buscando respuestas.
Recuerdo que me conmovió tanto que no le pude mirar a los ojos, recuerdo que se me resbalaron sin querer un par de lagrimas.
A quinientos mil años luz de aquellos recuerdos imborrables veo todavía en sueños, la sombra del fantasma en aquellas paredes desgastadas, la luz de sus grandes ojos azules, y sus sonrisas cálidas, embaucadoras quizás, persiguiéndome a cada paso, a cada segundo, y hay noches, en las que todavía no puedo huir.
Uno nunca sabe que el mejor día de su vida va a ser el mejor,y por mucho que repase en su cabeza, milimétricamente, como podría haberlo disfrutado más, nunca hay vuelta atrás. Es una crueldad que el destino les reserva a aquellos que andan siempre espereando algo mejor, fue una crueldad absoluta sin duda para mi.
A cada instante allí pasaba una vida, todo cambiaba, todo volvía a su sitio, maldito ritmo vertiginoso que no te dejaba pensar, sólo vivir, sólo soñar, arrastrado por una fuerza mucho más mágica que real que te descubría a ti mismo al borde del abismo, al límite de tus posibilidades. Tú y tus fuerzas, tú desnudo, expuesto, juzgado, tú volviendo a ser quién solías ser, ni más ni menos, tú tan tú.
No había días, sólo momentos.
La lógica en los actos y el corazón ardiendo.
Poder describir aquello sería sólo un burdo intento de robar un trozo de magia al encanto que habita en sus paredes, poderlo describir, sin duda, me haría rebanar una pequeña pieza del recuerdo global que guardo, que si bien ahora ya es más ideal que real, me gusta tal y como está, tan lleno de felicidad, cariño y energía, tan leno de ellos.
Si pudiésemos entenderlo, dejaría de ser especial.
No tiene ningún secreto saber que aquel castillo me devolvió mucho más de lo que le ofrecí, que aquel verano, aquellas personas, me trajeron de vuelta muchos más sentimientos de los que podría imaginar, me revolvieron tanto, me encontraron tanto, que todavía hoy en día me descubro pensándolos, echándolo de menos.
¿Te acuerdas cuando nos mirábamos y creíamos que todo era posible? El futuro brotaba en las pupilas del otro, tan ávidas de superación, de crear lo imposible...tan decididos a parar el tiempo en cualquier instante.
Muy pocas corazas resisten el golpe de un abrazo en condiciones, eso parecían querer decirme, tan increibles, tan diferentes que sólo un lugar así podría acogerlos y comprenderlos tan bien. No pertenecían a aquel lugar, eran su esencia, su magia, su espiritu.
El mundo desmoronándose y tu y yo allí, hablando del frío. El mundo, más lejano que nunca.
Allí ella mirando al cielo, creyéndose, por una vez, que aquello sería para siempre.