sábado, 13 de octubre de 2012
Un año, una vida, y un par de copas
Un año, una vida, y un par de copas.
Ojos negros piel canela fue así, por qué es todo lo que hábía deseado ser siempre, tan distinta o tan parecida que no pudiese reprocharme a la cara que no era yo misma.
Ojos negros piel canela es un grito desesperado, era un desgarro velado de emoción y un tesoro que pretendía declarar al mundo una guerra tras la cual su autora podría refugiarse sin complejos, crecer y descubrir que más allá de la realidad, hace falta valor para ser distinto y querer serlo.
Un año, una vida, y un par de copas, en el que han desfilado por mi vida tantas experiencias, todas y cada una tan mías, tan parte de un todo que ahora me resulta tan irreal, tan parte de un sueño irreverente que vuelve una y otra vez a recordarme que nada es para siempre.
No siento nada.
Vuelvo a escribir y me siento tan lejos de mi misma que siento miedo, se resvalan ante mi palabras y sentimientos efímeros que ya no significan nada, sigo sin sentir nada, me aterra pensar que esto vya a ser así siempre.
Lo dejo, se avecina tormenta, y las estrellas parecen brillar hoy más que nunca.
Prometeme que volverás, cueste lo que cueste debes volver.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario